EVOLUCIÓN DEL OFICIO


En el siglo XVI un sastre español escribió el primer tratado de sastrería como tal, siendo durante varios siglos la referencia para el oficio.
En el siglo XIX, se empezaron a desarrollar sistemas de corte, racionalmente estudiados, que con pocas medidas tomadas sobre el cuerpo del cliente permitían dibujar el desarrollo de todas las piezas de tela necesarias, para la confección de la prenda, dando paso a la sastreria moderna. En este escenario era la pericia y el buen hacer de cada sastre el que corregía las diferencias que se presentaban en la anatomía del cuerpo de cada cliente.